Silencio en este abismo. Silencio al grito, que sordo; no sabe que oídos no tiene ningún destino. Silencio en la inmensa muralla de justificación por la humanidad creada. Manadas de rostros, repetían sus días atrapados, sonando en murallas. Llegue aquí por que tropezó ligeramente con la locura y junto a ella lo explica el cuenta cuentos.
Esencial aquel momento de raíz donde la luz propia ilumina el arquetipo de la gloria y penuria. Allí en proceso , en momento, cargando algún lamento , camino cada ves mas lento. Al voltear inmensas murallas detalladas y morfolizandose en ente, entendí que en aquel laberinto de la locura me perdí.
Ignore la insistencia de la lógica y deje que el entorno místico contestara mis pisadas. Lugar aquel, tal cual arde cuando la vida nos hace visitarle, como a funeral con flores. Alimente mi propio cuento y deje que encaminar mis pisadas; aveces seguir nos conlleva a puertas o mas murallas detalladas; Humanidad reflejada, escondía una tentación cautiva que sin cuerpo la sentí y su esencia presentí.
Inmensa puerta cerrada, al final de una larga jornada de miradas trastornadas. El cuenta cuentos explico que hay puertas que no abrirán. Si se desea conlleva sacrificio abrirlas o simplemente se abren en un orden cronológico que otorga el destino de los impulsos que toman forma de decisiones que se esfuman por la accesibilidad a condiciones que creen laberintos de este tipo; locura... no, prefiero llamarlo y conocerlo.
Pero solo eran dos cuentos hablando en modesto silencio y se auto revelaron sucesos; que alimentaron y transformo la vulnerabilidad de mi perspectiva.
- " El laberinto atrasa la llegada. pero no la partida. "
Dijo el cuenta cuentos
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